Una catequesis en fe adulta, porque no hay que seguir enseñando aquello en lo que no se cree.
Este libro está escrito para ayudar a comprender un poco mejor los contenidos de nuestra fe. Olvidando la tradición que los ha traducido a un lenguaje filosófico y conceptos metafísicos, regresamos al estilo, al lenguaje parabólico, de Jesús.
Celebramos con los signos sacramentales los hitos más relevantes de nuestra vida de fe. Las cosas se celebran, siempre en comunidad, porque suceden y no al revés. Nuestras eucaristías merecen una profunda revisión.
Y siguiendo las huellas de Jesús, aprendemos también cómo y cuánto debemos orar.
A todos nos viene bien revivir el sentido original de nuestra fe, mirar la vida con los ojos de Jesús, volver con él a Galilea.
José Enrique Ruíz de Galarreta, S.J. (Pamplona 1937-2014. Ha publicado numerosos libros, y en nuestra colección: "Las Primeras Iglesias y nuestra Iglesia de hoy" y últimamente "Mi experiencia de fe", del que en cierto modo este libro es su prolongación. Ha mantenido una intensa labor pastoral en cursos, charlas y publicaciones. Ha sido sobre todo una persona entrañable que vivía lo que predicaba.
ÍNDICE
I VOLVER A GALILEA
INTRODUCCIÓN
LOS OJOS DE JESÚS
PARÁBOLA DEL PADRE
PARÁBOLA DE LA CREACIÓN
PARÁBOLA DEL HIJO
PARÁBOLA DEL HERMANO
PARÁBOLA DEL VIENTO
PARÁBOLA DE LA ENCARNACIÓN
PARÁBOLA DE LA REDENCIÓN
PARÁBOLAS DEL SACRIFICIO Y EL CORDERO
PARÁBOLA DEL PAN Y DEL VINO
LA PASIÓN NO ES UNA PARÁBOLA
PARÁBOLA DE LA RESURRECCIÓN
PARÁBOLA DE LA ASCENSIÓN
PARÁBOLA DEL REY Y DEL REINO
PARÁBOLA DE LA SEGUNDA VENIDA DE JESÚS
PARÁBOLA DEL JUICIO
PARÁBOLA DE LA VIDA ETERNA
PARÁBOLA DE ENFERMOS Y ENDEMONIADOS
PARÁBOLA DE LA OFENSA Y EL PERDÓN
PARÁBOLA DE LA MADRE
II CATEQUESIS DE LOS SACRAMENTOS
ALIMENTARSE
CELEBRAR CON SIGNOS
LA EUCARISTÍA
NUESTROS PROBLEMAS
CENA FRATERNAL O SACRIFICIO
¿PALABRA DE DIOS?
III CATEQUESIS DE LA ORACIÓN
LA ORACIÓN DE JESÚS
EL MENSAJE DE JESÚS SOBRE LA ORACIÓN
NUESTRA ORACIÓN
ORACIÓN CON PALABRAS
SALMOS
PROFESIONES DE FE
HIMNOS DE GLORIA Y ACCIÓN DE GRACIAS
INTRODUCCIÓN
El Credo que recitamos en la misa procede básicamente del credo de los concilios de Nicea y Constantinopla. Un tanto sorprendente porque confunde las profesiones de fe con afirmaciones que no son de fe (que padeció bajó Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado…) sino sucesos visibles, y porque omite temas tan importantes como el Reino y la Buena Noticia, tan fundamentales en el mensaje de Jesús.
Naturalmente, todo fiel cristiano cree y acepta todo lo que manda creer la Santa Madre Iglesia Católica Romana. Otra cosa es que entienda lo que cree. La formulación del Credo, y las de los dogmas, están hechas en un lenguaje muy elevado, propio de teólogos/filósofos, y la mayor parte de nosotros no lo somos y apenas entendemos lo que decimos.
Este libro está dirigido a todos aquellos fieles cristianos que desean entender un poco mejor los contenidos de nuestra fe. Con este fin, hemos cambiado de lenguaje, de idioma. Intentamos repasar qué nos dijo Jesús acerca de Dios y de nosotros, en su propio estilo, en su mismo lenguaje. El estilo de Jesús, su lenguaje, son las parábolas. La tradición posterior lo ha traducido a un lenguaje filosófico, a conceptos metafísicos. Nosotros no llegamos a tanto, porque la metafísica es muy difícil, así que regresamos al estilo, al lenguaje parabólico, de Jesús.
La metafísica ha sido un modo de desarrollar la parábola. La tendencia a interpretar y explicar las palabras de Jesús con conceptos tomados de filosofías -metafísicas y paganas naturalmente– empezó ya en el cuarto evangelio (si no en el mismo Pablo) al tomar el término “logos” y otros conceptos de la filosofía de Filón y quizá de algunas fuentes gnósticas.
Más tarde se recurrió a los clásicos griegos, Platón y Aristóteles… de manera que las palabras de Jesús se vertieron en moldes filosóficos helénicos o latinos. En este tratadillo pretendemos desnudar las palabras de Jesús de estas vestimentas metafísicas. Y desde luego no para desautorizar la metafísica, sino para re-descubrir sus orígenes, aquello que encierra y que le confiere valor.
No se trata aquí de renunciar a todo el desarrollo dogmático que la iglesia ha ido realizando a través de los siglos. No se trata, sería locura, de prescindir de Agustín, de Tomás de Aquino, de Calcedonia, de Trento… no estamos locos. Se trata de volver a los orígenes, cuando la palabra aún no estaba vestida de metafísica, sencillamente para entender mejor, porque ni Jesús ni nosotros sabemos nada de metafísica.
Alguien podrá pensar que los escritos de Pablo son anteriores a los evangelios Sinópticos y que por tanto es a Pablo a quien hay que volver. Pero no es así. La redacción de los evangelios es posterior a Pablo, pero no sus fuentes, que se remontan directamente a la predicación de los testigos. Por tanto, aunque en los Sinópticos mismos podemos descubrir ciertas “elaboraciones eclesiales” del mensaje de Jesús, a través de ellos podemos acercarnos de forma muy fiable a las mismas palabras de Jesús.
Es evidente que no empleamos el término “parábola” en sentido estricto. Una parábola es una narración, con personajes, acción, desenlace. Pero se caracteriza porque toda la narración, los personajes, el desenlace, envía un mensaje. Una parábola es como una metáfora: explica bien esto la expresión de Jesús: “¿A qué podemos comparar el Reino de Dios? El Reino de Dios se parece a …”. Es un modo de hablar de Dios, de la vida humana, por comparaciones, por metáforas. En éste sentido usamos el término. Vamos a hablar de Dios, Padre, Hijo, Espíritu, y de todo lo demás, en el estilo de Jesús, como si dijéramos “Dios se parece a …”
Jesús hablaba en parábolas, y lo hizo preferentemente en Galilea. Esa es la razón del título de este libro, eso pretendemos: volver a Galilea, refrescar nuestra fe como si estuviéramos escuchando al mismo Jesús.